La casa de la luz
EL AUTOR: XAVIER P. DOCAMPO
El autor del libro la casa de la luz es Xavier P. Docampo (Xavier Puente Docampo), el cuál nació en Rábade (Lugo) en 1946. Trabaja de pedagogo, imparte cursos a maestros sobre animación a la lectura y didáctica de la lengua. A sido actor y director de teatro; ha escrito varios guiones de cine, video y televisión. Durante cinco años ha trabajado en la radio (Radio Nacional de España.) Obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil (1995.)
Algunas de sus obras son:
Ø El misterio de las campanadas, ilustraciones de Miguelanxo Prado, Madrid, SM, 1994.
Ø Cuando de noche llaman a la puerta, ilustración de Xosé Cobas, Madrid, Anaya, 1996.
Ø El pazo vacío, ilustraciones de Xosé Cobas, Madrid, Anaya, 1997.
Ø El hombre que inventó una manera de andar, ilustraciones de Xosé Cobas, Barcelona, La Galera, 1998.
Ø Adelaida, Hector y demás familia, ilustraciones de Noemí Villamuza, Barcelona, La Galera, 1998.
Ø Cuatro cartas, ilustraciones de Fino Lorenzo, traducción de Miguel Hernández Sola, Madrid, Anaya, 1998.
Ø ¿La has visto?, ilustración Xosé Cobas, Barcelona, Magisterio Casals, 2001.
Ø La casa de la luz, ilustraciones de Xosé Cobas, Madrid, Anaya, 2002.
EL RESUMEN
Alicia (una chica muy curiosa por todo) y sus amigos están intentando hacer una cabaña, pero nunca la acaban. Un día ven que la cabaña está terminada gracias a Pumariño (un hombre que se dedica a recoger las cosas que tira la gente en las obras.) Todos los niños le tienen miedo a Pumariño, al igual que algunos adultos, por ser especial, diferente a los demás, todos menos Alicia que tiene curiosidad por él. A raíz de lo ocurrido los cinco amigos quieren conocerle, y descubren un gran secreto. Pumariño les invita varias veces a su casa, y él les enseña todo lo que tiene: Dibujos, frascos, relojes de bolsillo, joyas... Un día, Pumariño les lleva por un camino hasta llegar a una casa, en el interior había muchos cuadros puestos al revés, apoyados en el suelo, Pumariño les dio la vuelta a todos, y les enseñó el motivo por el que estaban allí, de repente Pumariño desapareció al rato volvió, se había metido dentro de un cuadro. Alicia, que le gustan mucho esas cosas extrañas, decidió entrar en un cuadro, con el consentimiento de Pumariño. En ese cuadro había una manzana, a la cual le dio un mordisco, Álvaro y Ángel también querían probar que es estar dentro de un cuadro. A Álvaro le gustó mucho, pero Ángel tuvo problemas, fue perseguido y estuvo aterrorizado. Por más y más que los chavales preguntaban quien era el pintor, por qué se podía entrar en los cuadros, y cosas relacionadas con estos, Pumariño negaba con la cabeza. Al siguiente día volvieron a la casa con Pumariño y decidieron entrar todos juntos en un cuadro. En ese cuadro se veían un montón de columnas formando un pasillo y con una torre al fondo. Anduvieron por el pasillo hasta llegar al final de este, donde vieron que había una ciudad un poco más lejos. Después de andar unos metros se encontraron con unos policías, los cuales les dijeron las normas de la ciudad:
Ø No hablar con nadie desconocido
Ø No se puede acercar a mas de 100m. de la torre
Ø No se pueden hacer fotos
Los policías les llevaron a la ciudad, por campos donde trabajaba la gente. Hasta que llegaron a la ciudad, allí los policías les dijeron que al ponerse el sol fuesen al cuartel donde ellos les esperarían.
Decidieron dar una vuelta por la ciudad. Se juntaron con unos niños que les contaron que antes tenían alas y podían volar en su país pero un día les llevaron a esa ciudad y les arrebataron las alas y creen que están en la torre prohibida, Alicia les dijo que si las encontraban les avisaría.
Entraron en una taberna y encontraron a un hombre, que resultó ser el pintor de los cuadros que se llamaba Duarte. Al poco rato Pumariño desapareció, y los muchachos con Duarte fueron a buscarle a la torre. Al llegar allí vieron a Pumariño en lo alto de la torre escarbando en la pared, cin un puchero en la mano. Unos guardias les llevaron al interior y les encerraron a los cinco (Alicia entró detrás de ellos sin que se diesen cuenta ni los amigos, ni los policías) y luego se llevaron al pintor. Alicia los saco de la celda y también a Duarte que estaba en otra mas alejada. Luego subieron y bajaron escaleras perseguidos por guardias, buscando a Pumariño, al cual solo le encontró Duarte. Alicia y Duarte subieron hasta llegar a una terraza que se encontraba en lo alto de la torre y allí se juntaron con un hombre rodeado de policías. Aquel señor quería el puchero que llevaba Pumariño. Duarte negoció con él; Bajaban abajo todos los guardias con ellos y abajo el llamaría a Pumariño que le daría el puchero. El hombre siguió las indicaciones de Duarte, y al llegar abajo el pintor le dijo que subieran todos los guardias a la terraza y luego llamaría a Pumariño, el hombre acepto y se hizo así. Pumariño salió de la torre y en vez de darle el puchero al hombre se lo rompió en la cabeza, y cayeron unas monedas con forma de alas. Los cinco amigos, Pumariño y Duarte salieron de allí corriendo hasta llegar a una pared blanca donde todos dibujaron una puerta, la cual luego traspasaron y aparecieron en la casa de los cuadros. Los chavales y Pumariño volvieron a sus casas, y Duarte se quedó en la casa con los cuadros toda la noche. Al día siguiente, todos ansiosos por ver a Duarte de nuevo volvieron a la casa y no le encontraron, solo vieron el cuadro de la torre sin columnas y con la torre amplificada.
OPINIÓN PERSONAL
Este libro a mí me ha gustado mucho porque no te esperas muchas de las cosas que ocurren en él y porque es de intriga y misterio, cosa que a mí me encanta. Lo que no me ha gustado mucho ha sido el final porque no dice todo lo que ocurre, muchas cosas hay que suponerlas, y porque acaba un poco mal a causa de que Duarte se va.
Me ha querido dar a entender que no hay que juzgar a la gente si no se la conoce, del compañerismo que se crea entre todos los amigos y de que hay que luchar por lo que quieres como hace Pumariño por su puchero, que no hay que rendirse por algo que deseas conseguir.